Pero esta vez, ella lloró al despertar. Otra vez estaba él a su lado. Una pesadilla. ¿Todo volvería a ser como antes? Buscó en el cajón de la mesilla de noche la cajita de los sueños. La metió sutilmente entre las sábanas. Acarició el relieve de la tapa. Allí estaba ella, una dama vestida de blanco con una elegante sombrilla; un carruaje negro tirado por esbeltos caballos cruzando el bulevar. Giró la tapa y buscó la apertura que la llevaría a un nuevo mundo. Masticó la última cápsula que había en su interior. Cerró los ojos y despertó sola, sonriendo; quizás por última vez.
Un tanto difícil de interpretar de si se trata de una cajita con capsulas de teletransportación entre mundos o si es una droga directamente que se toma para evadirse de ese mundo que la mantiene atrapada. En todo caso, gran micro con una bella descripción de la dama atravesando el bulevar y ese inquietante final de "quizás por última vez". Pero para nosotros la última no, que ahora tenemos a una suspirando y recogiendo la mesa... aunque por dos semanas, lo que hará que haya más participación y estará más difícil. ¡Saludos!
ResponderEliminarSiento no poder responderte a tus inquietudes sobre el relato, pues yo tampoco sé lo que realmente pasó. Estas dos semanas de plazo, alguien se quedará sin sus dos cubiertos.
EliminarUn saludo
¿Veo dos "a" difuminadas con lágrimas o me he tomado yo esas pastillas? xddd! Un besiño!
ResponderEliminarTodo puede ser Cris, aunque yo me inclino más por las pastillas, pero para olvidar al impresentable que tiene a su lado de la cama.
EliminarBesos
Hola, Henry.
ResponderEliminarInquietante porque tiene varias opciones de desenlace.
A mí me sugiere un suicidio, pero la teletransportación de Lorenzo también me vale.
Un abrazo.
A mi me gusta más que esta mujer viaja de verdad a otro mundo cada vez que se tima una pastillita. Lo que pasa es que a veces regresa, sin saber por qué a su lugar de partida.
EliminarBesos
Uyyyyy Henry, muy fantasioso y alucinante tu micro. Me ha gustado mucho, esa cajita tiene muchas habilidades y el final, tiene muchas interpretaciones.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Gracias por pasar y comentar. Más de algunos harían lo que fuese para poder tener una cajita de esas, y otros harían lo que fuese para quitárselas a sus mujeres.
EliminarBesos
De cuando las pesadillas nos devienen despiertos. A mi también me gusta ese final de abanico.
ResponderEliminarUna brazo Henry.
Gracias Miguel.
EliminarA ver si la semana que entra tenemos más suerte.
Un saludo
Tener pastillitas para todo, al final nos hace depender de ellas. Me gusta ese final con falso (o dudoso) alivio.
ResponderEliminarUn saludo
JM
Pastillas para todo, si, incluso para el amor.
EliminarSaludos
Yo veo a una mujer enganchada a las pastillas para soportar la pesadilla de que le ha tocado vivir. Evocas muy bien esa situación de desesperación y cómo se aferra al relieve de la caja soñando con ser otra en sus sueños.
ResponderEliminarMe gusta tu cajita llena de sueños, aunque creo que debiera salir de la cama vestirse y empezar una nueva vida. Bueno, es solo una opinión. :)
Besos Henry y ¡a ver con los suspiros! ¡venga que hay muchos días!
Es lo que tiene que hacer. Cuando se vuelva a despertar de un sitio que no le guste, coger las maletas e irse sin dar explicaciones.
EliminarEsta semana que entra, a ver si suspiramos mas de una vez.
Besos