Con cuidado para que no se les caigan los alfileres a las extremidades, voy cosiendo al tronco los últimos remiendos de muñecos que he podido rescatar de todas las casas de Silesia. Logro colocar la última parte necesaria para terminar mi creación, un ojo de nácar encontrado en el callejón, tal vez desprendido de algún muñeco vagabundo. Todo está preparado para formar un nuevo ser. Sólo tengo que esperar a que vuelva la corriente para que los alfileres de su cabeza le trasmitan la chispa de la vida. Tengo que tener cuidado de no tocar los cables, los muñecos, si somos de trapo, ardemos con mucha facilidad.
Un relato que es a la vez tierno y perturbador, Henry; dualidad difícil de conseguir, pero que tú has amalgamado a la perfección.
ResponderEliminarBuena apuesta para el REC. Me pregunto a que nivel estarán los finalistas mañana.
Un abrazo,
Gracias Pedro.
EliminarSi eres tu también un muñeco, es un relato bastante perturbador.
Un saludo
Curioso microrelato. Tu casa de letras es morada de sueños y pensamientos.
ResponderEliminarPor aquí me quedaré leyéndote con placer.
Un saludo.
Bienvenido Jorge. Aquí seguiré con mis relatos y mis pensamientos mezclados en ellos.
EliminarUn saludo
Qué tierno, el relato y el muñeco,
ResponderEliminarantes que arda me lo llevaría conmigo...
Abrazo fuerte, sin alfileres.
Bueno, si te esperas... igual te lo llevas no vivo :D
EliminarGracias por los abrazos sin alfileres.
Besos
Uy! un muñeco de trapo!!. Pues me gusta Henry. Una combinación de ternura e intranquilidad a partes iguales.
ResponderEliminarUn beso por tu apuesta, y otro porque es viernes. :)
Gracias por el beso del viernes, lo necesitaba :D
EliminarMe inspiré en un muñeco de trapo que tenía de pequeño, aunque no le hice nada de nada :P
Besos
Pues me quedo con las ganas de saber si cobra o no cobra vida. Biquiños Henry!
ResponderEliminarNo sé si el muñeco que tienes en tu mente habrá conseguido cobrar vida o no, o si es bueno o malo... :D
EliminarEl mio si está vivo, lo que pasa es que hace días que no lo veo. La última vez se escondió debajo de la cama.
Besos