Desde entonces papá ya nunca juega con él. Mamá no le deja acercarse si no es con ella. Cuando le asea y le peina en la cama, él juega con papá sin que mamá se de cuenta. Va susurrándole palabras al oído y cuando papá suelta una lágrima es que la ha acertado.
Muy emocionante tu micro, Henry. Los niños no son responsables de los problemas de los padres, por eso deben permanecer ajenos a disputas. Esa lágrima es muy llamativa. Enhorabuena.
ResponderEliminarJuan M.
Igual no se ha entendido bien. Papa está en cama sin poder moverse y mamá lo asea y lo peina.
ResponderEliminarUn saludo y gracias por comentar.
Vaya, fíjate, había creído que la madre no deja que el padre se acerque al niño (tal vez por medidas de alejamiento o custodia), pero el niño se escabulle por entre los resquicios de las leyes... No sé, tal vez los pronombres.
EliminarTras tus indicaciones, es cierto que parece más lógico. La mente de uno...
Un saludo y gracias por darme una colleja,
Juan M
Culpa mía, tal vez si hubiese tenido más tiempo para hacerlo mejor hubiese quedado más claro.
EliminarUn saludo
Qué bonito y qué triste Henry. Aunque no haya quedado tan claro como desearías, creo que te llega cuando lo lees, quizás a cada uno le llegue de forma distinta, pero tampoco es malo eso.
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias Yashira. Igual es bueno también que a cada uno le llegue de una manera.
EliminarBesos
Bonita visión Henry. Muy bien tratado.
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias Miguel.
EliminarUn saludo
Siempre consigues sorprenderme Henry. Biquiños!
ResponderEliminarGracias Mandarica.
EliminarBesos